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jueves, 2 de octubre de 2014

El otoño del patriarca... Pujol



   Bien podría incluirse en la gran novela de García Márquez el iracundo monólogo que el otrora Molt Honorable Pujol atizara la otra tarde a los representantes populares en el parlamento catalán -en una de las más bochornosas sesiones parlamentarias de que se tengan memoria- que en poco desentonaría: hiperrealismo mágico, al cabo.  A la mañana siguiente, como en invisible halo concéntrico de la Teoría de Catástrofes, una altísima estatua del petit Pujol, renegrida de corrupciones y excrementos de aves, rodaba de bruces contra la hierba del pueblo. ¿Y qué había hecho O’ Dios Pujol para que ya en vida, como a los más grandes, levantaránle estatuas a su paso? ¿Justicia poética entonces? Lo que queda del Oasis, más bien, que  Estatuas más altas han caído, señor Pujol.
    
   Y mira que su aseadito mayordomo, Artur Mas, le había organizado a conciencia el trago: un viernes por la tarde, con el Pueblo ya de finde por carreteras desparramado, en la víspera además de su solemne proclama separatista, para que así del todo desapercibida colara la prueba del fabuloso y delicuencial enriquecimiento del Patriarca. ¡Cómo que se iba a conformar el Nada Honorable con de puntillas y medio furtivo allí comparecer! Despelujado, con algo en los gestos crispados de colérico Yahvé apareciéndose a los gentiles para con rayos y centellas abroncarles, fulminarles si pudiera, como si en efecto ante el mismo Dios Fundador de ese Oasis putrefacto estuvieran, con truenos maldijo a aquellos Adán y Eva –Albert Rivera y Alicia Sánchez Camacho- que habían osado señalarle las vergüenzas e inquirirle por las pingües mordidas al árbol de la Independencia. ¡Amenazó allí el divino Pujol a los elegidos por el pueblo con tronchar todas las ramas, hundir el árbol y hasta la entera Creación demoler, si continuaban importunándole! Debió temblar el Mayordomo entonces.

     
   Y qué penoso papelón para la Historia en aquel soberbio auto de fé el de los penitentes del Progreso: Iceta PSC blandengue, con trazas de craso abad comprensivo, la grey de ERC que de toda esa corrupción passaban, Herrera IU, clérigo cerbatana que ni arañaba, el mostrenco de las justicieras CUP, que tras apostárselas a Rato en el Infierno, ni la sandalia ahora se quitó, que más bien ensayaba ya los aplausos que a Mas más tarde regalaría. Salió de la cita el Patriarca entre carantoñas y reverencias, no digamos más. ¿Y la estatua? La están peinando. Que ya el genial visionario Boadella –profeta maldito del Oasis putrefacto, su tierra- todo esto lo supo ver antes que nadie: Tururú President, que el Otoño no hay quien lo detenga. 




LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
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“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones del mundo” (Pessoa)

1 comentario:

Unknown dijo...

Lo de Puyol se sabia, se dio a conocer, pero nada nuevo bajo el sol.
Creo que esto se hace muy a menudo y seguimos ayudándolos u obviándolos.