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martes, 11 de octubre de 2016

El amor en los tiempos de la burundanga

      


   El amor ha muerto, impera la pornografía. Desde Bill Cosby a Trump, desde los dos jugadores ¡del Eibar! a los escandalazos de la NBA, desde Olvido Hormigos al Gran Hermano, desde el “nosotros decimos follar y no hacer el amor” de Pablo Iglesias en La Tuerka, pasando por los burundangueros de los Sanfermines y Pozoblanco y cuantos cientos de numeritos similares cada semana observamos, de arriba abajo y de norte a sur, entre ricos y pobres, famosos y donnadies, un idéntico especimen también en lo sexual triunfa por todo lo alto y por todo lo bajo en las redes y en las heces de las sociedades postmodernas: el homo gañanis, ese prototipo nacido, como sabemos tú y yo, lector-amigo, al hedor de la regresión cultural que vivimos y de la glorificación de la Telebasura -que bebe de los morbosos registros de lo porno- como discurso dominante y apabullante en los media, es decir, en los principales escenarios de representación social.
     Una misma espina dorsal recorre la cascada interminable de episodios sexuales con profusión relatados en los media: la burundanga, entendida esta en sentido extenso, es decir, esa mandanga informe de jadeos, sudor y semen propios de los registros del porno que colonizan ahora los gustos y afanes bajunos de Celebrities y anónimos, de todo el mundo. Obsérvalo bien: en la práctica totalidad de esa avalancha continua de casos lo que brilla es el Amor por su ausencia, lo que, mejor dicho, por el sumidero desaparece y se extingue es la reivindicación de los nobles afectos, del cariño, de la delicadeza y la ternura, la excelencia de cualquier romántico sentimiento, machacados por el insólito prestigio de lo soez y lo instintivo, de lo animalesco y más grotesco. Se registran socialmente, en sentido amplio ya digo, muy similares efectos a los que provoca la burundanga: esa suerte de bobo abotargamiento, de pérdida de la conciencia, es decir, esa dimisión de las facultades humanas por excelencia, del sentimiento amoroso entre ellas.

    Con un clamoroso añadido posmoderno: si antes las prácticas cosificadoras del Otro –pues van desprovistas de cualquier sentimiento elevado- permanecían al menos recluidas en la estricta intimidad, perpetradas a escondidas y con cierta vergüenza interiorizada por el practicante de las mismas, ahora sin pudor sus partícipes, todo orgullosos,  las graban con sus móviles y las difunden aquí y allá, como si necesitaran esa difusión con pelos y señales de sus dudosas hazañas para más reivindicarlas y prolongarlas: homo gañanis summo narcisistus, diríamos. Grabar la hazaña significa asegurarse fehacientemente de que uno en efecto la realizó –esto es, dotarla de hiperrealidad-, y poder para uno mismo y para los demás repetírsela a placer. Ergo, el amor ha muerto, que viva la pornografía.


      Y estoy convencido también de que, si te gusta escribir, aunque sea sin mayores pretensiones, mis VEINTE RELATOS DE AMOR Y UNA POESÍA INESPERADA te servirán de inspiración y te aportarán ideas, modelos, motivos, recursos  y maneras concretas para que también tú –o a quien pudieras regalarle mi obra- te atrevas a emprender la aventura de escribir un libro.
12 E por correo ordinario, envío incluido, a la dirección de España que me digas, no tiene por qué ser tu domicilio, puede ser la de cualquier local público que conozcas, el que sea.  15 E por correo certificado, envío incluido. Personalmente dedicado. Solicítamelo en  josemp1961@yahoo.es

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Alma de cántaro, el mundo es como es y ni tu ni yo lo vamos a cambiar.y no me digas que a ti no te gusta fallar porque si, ah que tu haces el amor..., pues si a todos nos gustaría tener amor,, ese amor de película, que por supuesto es mentira.Ya... que tu si tienes amor, y por supuesto nunca has visto por no, ni te la has cascado....

Anónimo dijo...

Alma de cántaro, el mundo es como es y ni tu ni yo lo vamos a cambiar.y no me digas que a ti no te gusta fallar porque si, ah que tu haces el amor..., pues si a todos nos gustaría tener amor,, ese amor de película, que por supuesto es mentira.Ya... que tu si tienes amor, y por supuesto nunca has visto por no, ni te la has cascado....