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miércoles, 23 de agosto de 2017

Lavados de cerebro express

    


   El misterio crucial  continúa siendo, en mi opinión,  el averiguar, con lo que cuesta hoy convencer a nadie incluso de lo más sencillo, cómo consiguen los cerebros de la Yihad en muy poco tiempo convertir a tantísimos pequeños delincuentes occidentalizados –picardeados por la vida, más listos que el hambre, degustadores de todos los placeres mundanos- en fieros psicópatas prestos sin piedad a MATAR EN MASA Y A MATARSE. Los de ahora en Barcelona, anótese, ni siquiera delincuentes, más bien bajo el humanista influjo de educadores sociales varios de ellos, que prepararon además la huida y no se inmolaron.
   ¿Cómo lograr que un joven, en meses contados, se sacrifique matando de manera tan bárbara y  de repente... por una religión? No hablamos de “camelarles” para defender tal o cual idea, no; hablamos de coger una furgoneta y despedazar, no a determinado Político o Militar al que se culpa de todos los males, -los angelicales de la CUP y cía los tienen clarísimos- sino a decenas de personas festivas y desprevenidas, inermes. No hablamos de un rapto súbito; la cosa comporta una planificación y un entrenamiento, en el que por fuerza se ha de pensar en lo que va a hacerse. En sólo unos meses estos cerebros transforman a corderitos descarriados en lobos despiadados.   ¡Eso es modelar a capricho criminal la arcilla humana, y lo demás tonterías aristotélicas! ¿Qué otro movimiento, partido, religión es capaz de conseguir, ni de lejos, resultados parecidos? ¿Cómo lo hacen?

     Desde hace mucho tiempo las sociedades occidentales no socializan, no disciplinan, no educan a sus ciudadanos en los valores y en los méritos que en su seno le son propios, fruto de su progreso histórico: la tolerancia, la convivencia, la autocontención, la repulsa frontal a la violencia como medio para resolver los problemas sociales y políticos, la central reivindicación de las sociedades democráticas como las menos malas de todas las conocidas. Ésa es la urgentísima tarea a acometer de manera eficaz y sostenida en todos y cada uno de los medios en los que los miembros de las sociedades occidentales se impregnan hoy de valores sociales.

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

No creo que lo inteligente sea asombrarse de la facilidad ajena para el mal para luego llamarse superior y que hace falta hacer más autobombo de nuestra superioridad.

Lamento tener que decir lo que voy a decir, pero lo diré porque le considero a Vd. inteligente: Lo que Vd llama "occidente", en concreto las personas que lo pueblan, no difieren un ápice de las personas que pueblan oriente, septentrión ni 100.000 leguas de viaje submarino o el interior la tierra.

Los sistemas de lavado de cerebro, de unos y otros, es el mismo. La ceguera, capaz de ver la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio, tan proverbial que está incluida en un libro sagrado.

Dejando de lado que estos jovencitos milenaristas asesinos se puedan parecer a ese jovencito brasileño que descuartizó a su primo, esposa e hijos que le daban cobijo como un huevo de codorniz a uno de faisán... ¿Sabe Vd, que la ablación de clitoris nada tiene que ver con el Islam y que se sigue practicando en Africa, como en los anteriores 3.000 años en lugares donde la población es cristiana? ¿Sabe Vd. que desde hace 15 años en Afganistan, todas las semanas el ejercito "aliado" asesina por medio de drones entre 10 y 70 civiles, en bodas, barbacoas o recogiendo la cosecha, aunque luego digan que fue por error? El principio es matarlos y Dios distinguirá entre los justos y los pecadores, como durante la primera cruzada contra los albigenses. ¿Sabe Vd. que en Iraq los servicios secretos británicos han hecho explotar mezquitas y mercados llenos de civiles? ¿Sabe todo lo que hace occidente en territorio musulmán? Por supuesto que estos detalles, pinceladas porque podríamos seguir con la lista de agravios hasta rebosar no justifican el terrorismo de Barcelona o de Niza, pero no seamos hipócritas, las diferencias entre unos y otros no son tales, somos muy parecidos.

José Antonio del Pozo dijo...

Gracias, aunque, en fin, yo no lo veo así.